El tiempo todo lo resuelve
Hoy, es el día más importante, aquel que decidirá que rumbo voy a tomar; me miro al espejo pensando en todo lo que deje atrás.
Sin más que mis pensamientos, salgo en busca de ti, de aquella respuesta; no sé que pasará al verte, no sé si podré mirarte a los ojos.
Tengo miedo, tengo miedo de lo que pueda pasar, de no ser lo que estabas esperando, de lo que buscabas, de hacerlo bien.
No sé si logres entender todo esto, pero quiero que lo sepas, para que, en un futuro, no salgas corriendo como yo hasta este momento.
Por fin he llegado, las manos me sudan, mis rodillas se quiebran, el corazón late a mil por hora; volte y... no estas aquí. Tal vez se te hizo tarde, tal vez el tráfico no te deja avanzar.
Puedo sentir mi corazón latiendo con mucha fuerza, puedo ver mis recuerdos pasar, mis añoranzas, mis deseos; trago saliva una vez más, miro a ambos lados, me levanto un poco, levanto las manos por si no me puedes ver.
No has llegado aún.
Me siento en la banqueta algo desilucionada, 5 minutos más de espera no me harán daño.
Quisiera decirte tantas cosas, quisiera que estuvieras aquí, abrazarte y darte todo aquello que tenía para ti; pero no, no has llegado aún.
Estuve recordando mi vida, todo lo que me pasó, hice el recuento de mis triunfos y de mis fracasos, de lo bueno y de lo malo; me di cuenta de lo feliz que me hará verte llegar, pero también me di cuenta del miedo que me provoca, de los nervios y de no saber como podré reaccionar, en fin.
Soy valiente al esperarte, pero no llegas.
Me levanto deseosa de verte, me estiro cuan larga soy para buscarte, camino unos cuantos pasos, pero aún no te veo.
Miro para todos lados, sabiendo que es inutil seguir esperando, tomo todos mis recuerdos, mis alegrias y mis miedos, esta vez no sé sí reir o llorar, sí sentirme aliviada o sumamente triste; no importa ya, me iré a mi casa tal y como llegué, al fin que el tiempo todo lo resuelve.
Sin más que mis pensamientos, salgo en busca de ti, de aquella respuesta; no sé que pasará al verte, no sé si podré mirarte a los ojos.
Tengo miedo, tengo miedo de lo que pueda pasar, de no ser lo que estabas esperando, de lo que buscabas, de hacerlo bien.
No sé si logres entender todo esto, pero quiero que lo sepas, para que, en un futuro, no salgas corriendo como yo hasta este momento.
Por fin he llegado, las manos me sudan, mis rodillas se quiebran, el corazón late a mil por hora; volte y... no estas aquí. Tal vez se te hizo tarde, tal vez el tráfico no te deja avanzar.
Puedo sentir mi corazón latiendo con mucha fuerza, puedo ver mis recuerdos pasar, mis añoranzas, mis deseos; trago saliva una vez más, miro a ambos lados, me levanto un poco, levanto las manos por si no me puedes ver.
No has llegado aún.
Me siento en la banqueta algo desilucionada, 5 minutos más de espera no me harán daño.
Quisiera decirte tantas cosas, quisiera que estuvieras aquí, abrazarte y darte todo aquello que tenía para ti; pero no, no has llegado aún.
Estuve recordando mi vida, todo lo que me pasó, hice el recuento de mis triunfos y de mis fracasos, de lo bueno y de lo malo; me di cuenta de lo feliz que me hará verte llegar, pero también me di cuenta del miedo que me provoca, de los nervios y de no saber como podré reaccionar, en fin.
Soy valiente al esperarte, pero no llegas.
Me levanto deseosa de verte, me estiro cuan larga soy para buscarte, camino unos cuantos pasos, pero aún no te veo.
Miro para todos lados, sabiendo que es inutil seguir esperando, tomo todos mis recuerdos, mis alegrias y mis miedos, esta vez no sé sí reir o llorar, sí sentirme aliviada o sumamente triste; no importa ya, me iré a mi casa tal y como llegué, al fin que el tiempo todo lo resuelve.
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