Hola vieja amiga
Hola de nuevo
Hace poco menos de un año te conocí, llegaste a mi vida como un remolino y golpeaste a mi puerta de la manera más extraña, jamás pensé encontrarte, es más, jamás pensé que te tendría que nos convertiríamos en uno mismo.
Estuviste ahí en el momento justo, llegaste y te instalaste en mi casa, apoderándote de todo a mi alrededor, vaya habilidad que mostraste; pensé cuando te vi, que iba a ser por un tiempo, que estarías por las circunstancias, pensé que solo te irías con el tiempo, no hice más por alejarte de mi y que tomaras rumbo a otro lado.
Me viste llorar, reír, enojarme y frustrarme, fuiste mi compañera en cada uno de esos momentos, más cuando me sentía perdida, tú estuviste ahí.
Un día, de la nada, te fuiste y la verdad, me sentí muy tranquila, incluso me sentí en paz, pensé que ya no te volvería a ver, pensé que en ese momento podría volver a lo que era, podría retomar mi vida, pero no, la paz no me duró por mucho tiempo.
Volviste, te tengo cara a cara, luchando de nuevo por hacer cosas tan sencillas como levantarme de la cama y en cosas tan complicadas como encontrarle sentido a mi vida.
¿Por qué estás aquí? ¿Por qué no puedo alejarte de mi?
Seguro te aprovechas de que eres un tabú en mi familia, te aprovechas que dicen no entender como una persona joven, sana, puede vivir contigo o porque dicen que no eres lo que los demás dicen ser.
Pero estás conmigo de nuevo, me saludas todas las mañanas de la misma manera en que lo has hecho los últimos meses, diciendo que no debo salir de mi cama, que me mire al espejo y vea la persona en la que me convertí, me haces apartarme de todo lo que me rodea, bueno, malo, divertido, triste.
Logras que me encierre en mi mundo de ideas extrañas y paranoias sobre ti, lo que debo hacer y lo que no debo hacer, también haces que piense en lo que podría hacer pero no lo hago porque tú logras que me vea como inferior, Logras que me desanime de los proyectos que tengo porque haces que mi mente piense que no estoy a la altura o que no me lo merezco, lo bueno es que por ahora me dejas dormir la noche entera.
Te odio, odio en lo que me has convertido, odio que hayas borrado mis sonrisas y mis ganas, odio aparentar ante los demás y llorar en un rincón oculta y en silencio para que nadie me pregunte qué es lo que me pasa, porque no sé cómo explicarlo.
Te odio porque estás ganando sobre mi, sobre mi voluntad y sobre mi cuerpo, me haces tener ideas extrañas más allá de la salida fácil, TE ODIO y ya lo dije, no me dejas vivir, disfrutar y ver más allá de lo evidente.
Te odio y odio en lo que me estás convirtiendo, han vuelto a mi las inseguridades, las inquietudes y los reproches. Y ¿sabes qué es lo peor? qué no sé como salir de aquí, salir de ti, si debo ir con un especialista o si solo te dejo pasar ignorándote de nuevo y aprendiendo a vivir contigo para siempre.
Si recuerdo como llegaste a mi vida y espero el día en que pueda sacarte de mi.
Hace poco menos de un año te conocí, llegaste a mi vida como un remolino y golpeaste a mi puerta de la manera más extraña, jamás pensé encontrarte, es más, jamás pensé que te tendría que nos convertiríamos en uno mismo.
Estuviste ahí en el momento justo, llegaste y te instalaste en mi casa, apoderándote de todo a mi alrededor, vaya habilidad que mostraste; pensé cuando te vi, que iba a ser por un tiempo, que estarías por las circunstancias, pensé que solo te irías con el tiempo, no hice más por alejarte de mi y que tomaras rumbo a otro lado.
Me viste llorar, reír, enojarme y frustrarme, fuiste mi compañera en cada uno de esos momentos, más cuando me sentía perdida, tú estuviste ahí.
Un día, de la nada, te fuiste y la verdad, me sentí muy tranquila, incluso me sentí en paz, pensé que ya no te volvería a ver, pensé que en ese momento podría volver a lo que era, podría retomar mi vida, pero no, la paz no me duró por mucho tiempo.
Volviste, te tengo cara a cara, luchando de nuevo por hacer cosas tan sencillas como levantarme de la cama y en cosas tan complicadas como encontrarle sentido a mi vida.
¿Por qué estás aquí? ¿Por qué no puedo alejarte de mi?
Seguro te aprovechas de que eres un tabú en mi familia, te aprovechas que dicen no entender como una persona joven, sana, puede vivir contigo o porque dicen que no eres lo que los demás dicen ser.
Pero estás conmigo de nuevo, me saludas todas las mañanas de la misma manera en que lo has hecho los últimos meses, diciendo que no debo salir de mi cama, que me mire al espejo y vea la persona en la que me convertí, me haces apartarme de todo lo que me rodea, bueno, malo, divertido, triste.
Logras que me encierre en mi mundo de ideas extrañas y paranoias sobre ti, lo que debo hacer y lo que no debo hacer, también haces que piense en lo que podría hacer pero no lo hago porque tú logras que me vea como inferior, Logras que me desanime de los proyectos que tengo porque haces que mi mente piense que no estoy a la altura o que no me lo merezco, lo bueno es que por ahora me dejas dormir la noche entera.
Te odio, odio en lo que me has convertido, odio que hayas borrado mis sonrisas y mis ganas, odio aparentar ante los demás y llorar en un rincón oculta y en silencio para que nadie me pregunte qué es lo que me pasa, porque no sé cómo explicarlo.
Te odio porque estás ganando sobre mi, sobre mi voluntad y sobre mi cuerpo, me haces tener ideas extrañas más allá de la salida fácil, TE ODIO y ya lo dije, no me dejas vivir, disfrutar y ver más allá de lo evidente.
Te odio y odio en lo que me estás convirtiendo, han vuelto a mi las inseguridades, las inquietudes y los reproches. Y ¿sabes qué es lo peor? qué no sé como salir de aquí, salir de ti, si debo ir con un especialista o si solo te dejo pasar ignorándote de nuevo y aprendiendo a vivir contigo para siempre.
Si recuerdo como llegaste a mi vida y espero el día en que pueda sacarte de mi.
Comentarios
Publicar un comentario