Solo un sueño
El salón abrió sus puertas temprano, todos los invitados llegaron, era una gran recepción la decoración iba a juego con lo que decía la invitación: "Fiesta de los años 30´s", elegancia, big band, música y comida al estilo. Los Coleman solían hacer grandes fiestas y esa no era la excepción.
La música sonaba fuerte, Jude platicaba con algunos socios, hombres medianamente interesantes para él, Ethan por su lado, hacía negocios también. De los gemelos, Ethan era el más "animado" se podría decir. Ambos hermanos tenían su lugar en el imperio que estaban formando, ambos hacían su trabajo. Jude escuchaba la música y buscaba entre los invitados, la buscaba a ella.
Al verla llegar aclaró su garganta y sonrió de medio lado, primera vez en la noche. Se disculpó con sus invitados y caminó hasta donde la banda tocaba, llamó a uno de ellos y le dijo algo al oído, hecho eso se dio la vuelta y volvió a caminar por el gran salón para buscarla de nuevo. Se veía tan linda con aquel vestido ceñido al cuerpo que no dudó ni un segundo en devorarla con la mirada. Pronto la música paró, los primeros acordes de la melodía que había pedido el joven comenzaron a sonar.
Llegó hasta donde ella estaba y pidió su mano, la mujer lo miró extrañado, podría decirse que estaba avergonzada y sorprendida. Jude hizo un gesto con la cabeza al tomar su mano y la llevó al medio de la pista.
-¿Qué haces grandulón?- preguntó mientras Jude solo sonreía.
-Coloca tu mano izquierda en mi hombro- soltó el hombre tomándola por la cintura y acercándola a él.
La mujer, de nuevo sorprendida, miró alrededor de ellos notando como todos los veían ya que nadie se había puesto a bailar, ni siquiera estaba planeado que bailaran. Los acordes sonaron con más fuerza, el vocalista comenzó a cantar "Some day, when i´m awfully low, when the world is cold".
-Coloca tu mano en mi hombro- volvió a decir Jude -y la otra aquí- tomó su mano libre y la levantó de modo a que quedara a la misma altura.
-Jude, nadie está bailando- la mujer hizo lo que le pidió y casi por instinto sus pies se movieron al compás del hombre que la llevaba.
-¿y qué importa?- dijo con una sonrisa ladina -prometí hacer esto-
La sonrisa apareció en el rostro femenino mientras Jude los llevaba por la pista, primero despacio, siguiendo el ritmo. Se separó de ella para darle una vuelta mientras sus pies se movían al compás, la atrajo de nuevo y siguió conduciéndola ante la vista de los invitados.
-¿Lo prometiste?- preguntó ella alejándose de nuevo, moviendo los hombros con coquetería, lo miró sonriendo. La diestra fue estirada para tomar su mano y pegar su cuerpo al ajeno y seguir en valseando al ritmo de él.
Ambos cuerpos estaban unidos, el ritmo de la canción se fusionó con el del latido de sus corazones, los invitados se esfumaron, solo eran ellos dos. Jude se acercó a su oído susurrando una pequeña parte de la canción, la parte que amaba:
You´re lovelu. woth your smile sowarm
And your cheeks so soft
There is nothing for me but love you
And the way you look tonight.
Los cuerpos se acoplaron el uno al otro, los movimientos suaves y elegantes los envolvían, los invitados se animaron a seguirlos mientras él la llevaba por toda la pista, a veces cantando otras solo mirándola. El mundo desapareció para ambos.
Cuando la música iba a terminar, Jude la tomó por la espalda y la inclinó suavemente. Sonriendo volvió a subirla y se fue acercando lentamente a sus labios. Aquel beso suave estaba cargado de todo lo que Coleman sentía en ese momento: vulnerabilidad, apertura, confianza, amaba y era amado.
-Lo prometiste- susurró ella después de aquel beso. La mujer rodeó su cuello con los brazos mientras él hizo lo mismo con su cintura.
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Maldito alcohol, maldito sueño, maldita sea... Maldito Jude.
You´re lovelu. woth your smile sowarm
And your cheeks so soft
There is nothing for me but love you
And the way you look tonight.
Los cuerpos se acoplaron el uno al otro, los movimientos suaves y elegantes los envolvían, los invitados se animaron a seguirlos mientras él la llevaba por toda la pista, a veces cantando otras solo mirándola. El mundo desapareció para ambos.
Cuando la música iba a terminar, Jude la tomó por la espalda y la inclinó suavemente. Sonriendo volvió a subirla y se fue acercando lentamente a sus labios. Aquel beso suave estaba cargado de todo lo que Coleman sentía en ese momento: vulnerabilidad, apertura, confianza, amaba y era amado.
-Lo prometiste- susurró ella después de aquel beso. La mujer rodeó su cuello con los brazos mientras él hizo lo mismo con su cintura.
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Maldito alcohol, maldito sueño, maldita sea... Maldito Jude.
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