INICIACIÓN

Mi padre... era un monstruo, y tú también... y yo también.

Los Pávlov habían sido criados para matar, en aquella familia el amor no existe pero si dinero y aquello era más importante que una promesa, pero Mijail fue la excepción de la regla al enamorarse perdidamente de una mujer, Megan se llamaba y él podía decir que era el amor de su vida. Los Pávlov fueron criados bajo ese régimen y por esa razón cada hermano era capaz de engatusar a las mujeres para que dieran todo por ellos, incluso la vida misma. Pero para los Pávlov, el enamoramiento era un asunto que no podía seguir de esa manera, sobre todo porque la mujer en cuestión estaba causando más problemas que ayudando (como ellos creían que debía hacer una mujer) a Mijail con los negocios, y el mediano de la familia tendría que aprender los negocios sin tentarse el corazón.
Eran las doce de la noche cuando Mijail salió de aquel bar, estaba cansado, había logrado colocar una fuerte cantidad de polvo en aquel lugar, así que se sentía satisfecho y sonreía con arrogancia. Iría a ver a su novia luego de eso. El camino a su auto fue rápido y silencioso lo que puso a Mijail en guardia; un bar de noche no era silencioso para nada. 

Al llegar a su auto, Mijail encontró una rosa en el parabrisas, miró a ambos lados y luego sintió que un tren lo golpeaba, un hombre corpulento lo prensó entre el auto y su cuerpo, haciendo una llave con su brazo -Hola enamorado- la voz del hombre sonó en su oído, el aliento fétido a alcohol rancio llegó al ruso y éste se quedó quieto, escuchando todo lo que aquel hombre le tenía que decir.

Pero en lugar de palabras, los golpes llegaron, Mijail comenzó a ser golpeado en las costillas, cada golpe iba acompañado de una risa y de burlas, quién pensaría que un Pávlov se enamorara, él sería la perfecta señal para indicar que la familia rusa se iría a la perdición pues los volvían débiles y -Pendejos- Cada golpe hacía que el ruso incrementara su furia pero el insulto a su familia era algo que no toleraría más. El hombre colocó un cuchillo en el capó del auto y ahí, el mediano de los Pávlov lo pudo ver, aquel hombre quería acabarlo.

Aunque delgado, Mijail era ágil, así que no lo pensó dos veces, tomó aire y movió su cabeza hacia atrás, dándole un cabezazo al mayor ahí, enseguida tomó el cuchillo e hizo palanca con su cuerpo para salir de aquel espacio aprisionado, por primera vez vio aquel rostro gordo y sangrado. El hombre que habían mandado para matarlo estaba frente a él tomándose la nariz, el ruso sonrió de nuevo.

Mijail lo observó un segundo -Mira qué tenemos aquí ¿Quién putas te envío?- espetó mientras el contrario se abalanzaba de nuevo contra él, pero el ruso tenía el cuchillo en la mano y sin pensarlo le clavó aquello en el estómago, pudo sentir el cuerpo del contrario clavado en aquel cuchillo y un poco de líquido espeso y caliente brotar. Miró la expresión de su rostro, el hombre seguía luchando pero cada vez con menos fuerza, Mijail sacó el cuchillo y con una nueva estocada lo clavó en el pecho del mayor -Nadie se mete con la familia Pávlov y vive para contarlo- nada podía detener al hombre que se desplomó luego de aquello, el ruso contempló aquello con el corazón latiendo a mil y la respiración agitada, lo había hecho...

Lo siguiente pasó en fracción de segundos: el sonido de un motor se hizo presente, la luz de los faros lo cegó y un golpe en la espalda le hizo caer, el ruso pensó lo peor, su cabeza fue cubierta por un saco de tela y atado con una soga al cuello, Mijail forcejeó mientras los golpes de los hombres se hacían presentes, fue subido, no sin pelea, a una camioneta no sin ser atado de manos y piernas. Dieron vueltas por la ciudad lo que para el joven pareció una eternidad, pues no escuchaba nada más que el rugir del auto.

Luego de aquel viaje lo llevaron a un lugar y fue atado a una barra, uno de los hombres le pasó una navaja por el cuello y luego cortó la camisa del ruso hasta dejarlo sin ella. Mijail maldecía en todos los idiomas que conocía, un par de golpes fueron propinados al ruso hasta que lo dejaron a solas, aquel tragó saliva esperando a ver que harían con él. 

Luego de aquello, la voz de un hombre lo hizo ponerse de nuevo atento -Как ребенок вел себя?- pudo reconocer lo que decían, preguntar por como se portó durante aquellos momentos solo hizo que se riera irónico, después alguien se acercó hasta él y le quitó el saco que llevaba en la cabeza.

Cuando pudo enfocar vio a su familia ahí reunida, su padre y hermano mayor sonreían, Mijail no dijo nada, apenas había cumplido los 18 años y lo habían despreciado por su enamoramiento, que todos catalogaban pasajero.

-Supongo sabes por qué estás aquí hijo mío, justo este es tú momento y no habrá otro, iba a preguntarte a quien le debes lealtad, pero se que te eduque para que sepas quien te da de comer y hoy demostraste ser digno de confianza. Ahora tus brazos serán mis armas y desde este día y para el resto de tu vida, tu lealtad esta conmigo y si me traicionas cobrare mi precio - dijo el mayor Pávlov rodeándolo - eres lo que eres Mijail y nada hará que cambies, pero aprender que la familia siempre es primero que el dinero, las drogas o el amor es tu lección más difícil, no me hagas cambiar de opinión– la voz de aquel hombre sonaba fuerte y firme, Mijail entendía todo lo que este quería decir por más molesto que estuviera, luego continuo en un tono más familiar - Hazme sentir orgulloso de ti, hazme saber que no me arrepentiré de esto, porque no solo es tu vida la que se pone en juego, es la de la familia entera Mijail, demuéstrame que eres digno de lo contrario yo seré quien tire del gatillo- aquello último hizo saltar a Mijal, su padre le estaba permitiendo esa relación y además le estaba otorgando el más grande honor de la familia Pávlov y el joven escuchó aquello con el respeto que solo su padre merecía – Tatúen al muchacho, ha pasado la prueba- luego de eso, el hombre se retiro y su hermano por fin fue a desatarlo para que comenzara la labor, mientras tanto los hombres que se encontraban ahí esperando la orden del mayor comenzaron a sacar los elementos necesarios para el tatuado, la técnica Tebori era utilizada por los rusos para estas iniciaciones y como la técnica lo dice el tatuaje seria hecho a mano con agujas y tintas, sin la intervención de ninguna máquina, Mijail se acomodó frente a ellos y levantó la cara, orgulloso de sí mismo. 

El dolor era fuerte pero significaba la unión familia y el valor de ser parte de los Pavlov.

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