SINS, Envidia
Aquel cigarrillo le hizo relajarse, la noche en el bar estaba más acelerada que de costumbre y Jude había tenido que llevar más cajas de licor y cerveza hasta la barra que otros días, los brazos le dolían y se había empapado con una botella que estaba mal cerrada, además tener que lidiar con las personas molestas por no poder entrar al bar lo habían terminado de estresar, así que cuando lo mandaron a su descanso lo agradeció y desapareció de inmediato.
Una calada y un trago de cerveza sentado en la orilla de la acera era lo que necesitaba y no lo sabía, sentarse a contemplar la prisa de las personas, las acciones o actitudes y analizar cómo podría terminar la escena que estaba viendo, olvidándose de su propia vida y labor se estaba convirtiendo en su actividad favorita, sin embargo no todo podía ser tranquilo, trabajaba para alguien y sabía que en cualquier momento sería llamado para un trabajo.
—Si— la voz cortante de Jude a través del teléfono móvil hizo que el interlocutor dudara un momento —¿Si?
—B… Buenas noches ¿Jude?— la dudosa voz femenina hizo que el inglés rodara los ojos con fastidio
—Sí ¿Quién habla?— aunque quisiera él no podía disimular el fastidio en su voz.
—Hassan tiene un trabajo para ti— sin pensarlo un poco, Jude se puso de pie dejando la cerveza y el cigarrillo en el suelo —No tardes.
Terminando aquella frase se cortó la llamada, él sabía lo que tenía que hacer así que regresó al bar solo para comentarle a Capheus que se tenía que ir y que había sido llamado por parte de Hassel, tomó las llaves de su motocicleta y salió disparado hasta la oficina de su jefe. Mientras conducía se dio el lujo de sentir el aire por su rostro, respirar hondo y acelerar a máximo donde podía, la velocidad era algo que disfrutaba en grande.
Cuando llegó lo estaban esperando, algunos hombres armados estaban en la entrada del edificio haciéndole señas de dónde debería dejar la motocicleta y la puerta por donde debería entrar para ver al jefe. Sin mucho hablar hizo lo que se le indicó y caminó por un pasillo hasta llegar a una de las bodegas del lugar, Hassel estaba ahí con una gran sonrisa en su rostro y lo recibió con los brazos abiertos.
—Hijo, bienvenido— mencionó abrazando al joven y palmeando su espalda mientras lo hacía caminar con él —estoy muy satisfecho con tu trabajo Jude, fuiste una muy buena decisión.
Por un momento Jude se sintió más alto de lo que era, su espalda se ensanchó y su pecho se abrió lo más que podía, estaba lleno de orgullo, alguien estaba contento con su trabajo. Mientras caminaban pudo notar las cajas de diferentes tamaños repartidas por ahí, algunas tan grandes como él y otras apenas distinguibles, ideales para guardar algo del veneno que vendían ahí.
—Te he mandado traer porque tengo un trabajo para ti— el mayor se paró frente a una mesa con un montón de pequeñas bolsas repletas de polvo blanco y una mochila —Hay que llevarlas a Kent y…
Hassel se quedó en silencio cuando un hombre apareció en el lugar, este se acercó con una sonrisa puesta en su rostro y su jefe lo recibió con entusiasmo, totalmente diferente a como lo había recibido a él.
—Oliver hijo ¡Que gusto me da verte!— ambos se abrazaron y Hassel estuvo un tiempo hablando y riendo con el recién llegado olvidando por completo que Jude estaba ahí.
La plática casual con la que habían comenzado terminó siendo un puñado de información para Oliver, datos, fechas, direcciones e incluso algunas fotografías se desplegaron frente a sus ojos mientras asentía y memorizaba aquella información, Jude por su parte ponía atención a todo lo que se decía, e igual que Oliver, memorizaba todos los datos que podía. Aquella tarea era una de las más emocionantes que había escuchado, no se trataba de amenazar dependientes o golpear personas para dar un mensaje, se trataba de eliminar un objetivo. Ese hombre con cara de imbécil y mucho menos inteligente que él estaba designado a acabar con un objetivo mientras que él, Jude, la haría de mula.
Sus pensamientos se arremolinaron completamente, miró al hombre analizando su cuerpo, seguramente no tenía destreza alguna. Su estómago se sentía caliente cada que esos pensamientos ganaban terreno, un escalofrío recorrió su cuerpo hasta su cabeza y comenzó a sentirse incómodo ¿En verdad Hassel iba a usarlo de mula? ¿En serio lo mandaría a él a eliminar un objetivo? Jude se sentía indignado o tal vez más.
Cuando su plática terminó volvieron a la mesa donde habían estado platicando Hassel y él, vieron a Jude y sonrieron sin mucha importancia, de nuevo esa sensación en el estómago y el pecho inundó a Jude pero no dijo nada, aunque no había necesidad se podía notar la incomodidad en su rostro.
—Delo por hecho señor— la voz de Oliver le hizo voltear a verlo, este se despidió de ambos y salió por donde había llegado dejándolos solos nuevamente.
—Bien, como te decía— aclaró su garganta para continuar con lo que le estaba diciendo —hay que llevar esto a Kent ahí te estarán esperando dos de mis hombres, debe ser rápido y … ¿Todo bien Jude?
El inglés se sentía incómodo, aquella sensación lo había sobrepasado y mientras más escuchaba las instrucciones más se sentía como un animal de carga ¿No se suponía que él era bueno y que estaba satisfecho con su trabajo? ¿No que era de confianza? Todas las preguntas se juntaban y estaba haciendo un esfuerzo muy grande por no dejarlas salir pero no funcionó.
—¿En serio sirvo solo de mula?— apenas pronunció aquellas palabras sintió que había cometido un error, pero estaba hecho y no podía arrepentirse.
El hombre frente a él se le quedó mirando, primero de arriba para abajo y luego al rostro como si intentara leer lo que pensaba, luego dio un paso al frente tomando una de las bolsas que había en la mesa y la estrelló contra el pecho del inglés.
—No hay trabajos pequeños— las palabras taladraron la mente de Jude —Solo idiotas que lo creen o peor, personas que no demuestran que valen la pena.
Jude tomó la bolsa con ambas manos y luego se giró a la mesa donde estaba el resto, sin decir una palabra más comenzó a guardar todas las bolsas en la mochila con cuidado, cuando hubo terminado cerró esta y la colocó en su hombro.
—Delo por hecho señor— luego de eso salió a toda prisa, tenía los datos, tenía la mercancía y la orden, debía cumplirla sin protestar.
Hassel observó todos los movimientos del inglés y asintió cuando se despidió observando cómo salía de la bodega y cuando cerró la puerta, este tomó su móvil avisando que la mercancía estaba en camino y que la llevaba uno de los nuevos para que no fueran tan rudos con él.
—¿Funcionó?— la voz de Oliver hizo que Hassel girara el cuerpo para verlo.
—Por completo…
Comentarios
Publicar un comentario